Aprovechando que venía Abbath a España presentando su último álbum "Dread Reaver" de la mano de Madness Live (¡Gracias!) y que en esta ocasión se acercaban también a Sevilla, no dudé en acercarme a ver a la banda de ese señor que en su día formó uno de los pilares del Black metal noruego con su anterior banda Immortal. GPS en mano, allá que fui hasta la sala Fanatic cuya ubicación está en un polígono a la entrada de Sevilla. Aun así, me equivoqué y salí por otra salida, pero el “chivato” se portó, me redirigió y allí que llegué.
Mi primera impresión nada más llegar fue la de “a ver si me voy a meter en una nave de carpintería metálica en lugar de una sala de conciertos”, y es que el sitio es una calle llena de naves donde la sala pasa totalmente desapercibida. De todas formas, se notaba que había concierto porque las zonas adyacentes a la sala estaban llena de corrillos de gente y no de trabajadores dándole pintura a puertas, montando muebles, o arreglando motores de coches. Total, que allí estaba yo, en medio de un polígono, rodeado de naves, y gente enfundada en "chupas" de cuero que bebían y charlaban mientras escuchaban música para ir calentando el ambiente.
De primeras, la impresión de la sala fue para mal (leer hasta el final), digo de primeras porque lo primero que veo nada más entrar y girar a mi izquierda es un escenario muy pequeño y carente de foso. Vamos, que al señor Abbath le podías tocar las tachuelas y hasta sus agrietadas botas. En más de una ocasión me vi como la pala de Joel de los Toxic Holocaust pasó a escasos metros de la cabeza de una persona del público, y el equipo de las bandas estaba a escasos centímetros del público con el peligro que eso conlleva. Volviendo al tema de la sala, me encontraba ante una sala para mi gusto muy pequeña, cabrán unas 300 personas (habría unas 200 y poco), y la entrada de los músicos se realiza a través de una pasarela elevada como en la sala La Trinchera de Málaga. Esa pasarela le quita todo el misterio, porque los músicos tienen que salir por ahí sí o sí, no hay sorpresas. Si Abbath tiene un apretón tiene que salir corriendo escaleras arriba. El no salir por detrás del escenario, le quita un poco de misterio, pero bueno es lo que hay, y vamos a disfrutar del concierto, no de hacer una crítica de la sala.
En principio Hellripper comenzaban a las siete, pero comenzaron un pelín más tarde, la sala se va llenando, junto a la puerta hay una zona grande de Merchandising de las tres bandas, a precios altos pero no abusivos. El logo de la banda aparece en led sobre el escenario y al poco aparecen sobre el escenario cuatro chavales con estética thrasher old school: camisetas sin mangas, pantalones ajustados y Nikes blancas que nos recuerdan a esas bandas de la Bay Area de principios de los años 80. No conozco a la banda, y de Toxic Holocaust lo justo, no se puede ser erudito en todo oiga. Me informo antes, y veo que Hellripper es una banda unipersonal escocesa formada por James McBain a la voz y a la guitarra, pero que lleva varios músicos para los directos. Aquello nada más empezar es una bomba "nucelar" como dirían los Simpsons, no llevan ni dos canciones cuando ya se forma un pogo detrás de mí, aunque un par de personas detrás me hacen de parapeto (¡Gracias!) James con su Jackson blanca "All Hail The Goat" no para de vomitarnos afilados riffs y shriek propios del Black Metal, aunque por desgracia escucho más la voz del que está al lado mía gritando “no se escucha la voz” que la propia voz de James.
Comentaba antes, que en principio la sala no me hizo mucho tilín, pero he de decir que mi percepción cambió en cuanto a la acústica del lugar, y salí bastante contento, aunque cosas como la de Hellripper o los problemas de Toxic Holocaust me dejaron una sensación un tanto amarga. Aun así, me pareció buena sala para sus dimensiones y para conciertos de bandas de este tipo me parece cojonuda. Hellripper siguen a lo suyo, y nos suelta en apenas 45 minutos un total de once temas, para ir calentando la noche. Once temas de toda su discografía donde abrirán con "Vampire's Grave" de su álbum "The Affair of the Poisons" (2020) y de ahí en adelante será una auténtica locura donde solo de ver como tocaba el batería, ya estaba agotado fisicamente. “Mare de deu” qué manera de tocar, creo que esa batería después de cada concierto de Hellripper necesita más de un ajuste (bendita juventud).
Veo para bien, muchas caras jóvenes en la sala, eso está bien. Está claro que el Thrash atrae a nuevas generaciones y no nos juntamos los típicos cuarentones para ir a conciertos y vivir la nostalgia de tiempos pasados. Sigo viendo pocas mujeres en conciertos de metal extremo, pero por suerte cada vez hay más, eso es bueno, y me alegra que las mujeres formen cada vez más parte de este mundillo que lo tildan de tolerante y respetuoso, pero que en las distancias cortas no lo es tanto.
James sigue destrozándonos las cervicales a base de riffs afilados y solos endiablados, junto a su otro guitarra, mientras su delgado batería, (no me extraña) en un pequeño rincón a la derecha del escenario (la batería de Abbath ocupa todo el escenario) revienta los parches a base de Blast beats imposibles y veo como no para de sudar, aunque esté sin camiseta. James mira la hora, vuelve a dar las gracias y nos dice que ya se van, que no hay más tiempo, pero quieren terminar el set, se lo están pasando bien, y nosotros también. El bajista nos da las gracias, suenan inmensos, nos ofrece el bajo en más de una ocasión para que lo toquemos a los que estamos delante, nos dan la mano y el puño, nos dan púas y todo son agradecimientos. La unión entre público y músico es total. No los había visto, pero no me importaría volver a verlos, tienen un aura ganadora y una actitud de 11, tiene pinta de que van a llegar muy alto pese a tener solamente tres discos.
Setlist:
Vampire's Grave
Hell's Rock 'n' Roll
Nekroslut
Demdike (In League with the Devil)
Bastard of Hades
The Affair of the Poisons
Goat Vomit Nightmare
The Nuckelavee
From Hell
All Hail The Goat
Headless Angels
Son casi las ocho, estamos esperando a que comiencen los norteamericanos Toxic Holocaust, la banda de Joel Grind, que al igual que Hellripper, en un principio nació de un proyecto unipersonal, y que a día de hoy tienen 6 álbumes de estudio y más de veinte años de trayectoria. Pero la cosa, no sabemos el porqué, se tuerce, parece que hay problemas con el sonido, o esa es la sensación, y la banda no comienza hasta las ocho y veinte. Joel no se entiende con la gente de la sala, o más bien el de la sala, porque creo que de inglés poquito, el “Fuck” de Joel si sonó.
Comienza el concierto del power trio de Oregón, el sonido no es todo lo nítido que puedo escuchar, la guitarra de Rob Gray no suena alta, y en general el sonido está un poco bajo. Pasados unos minutos la cosa va mejorando y entonces es cuando realmente comenzamos a disfrutar de Toxic Holocaust y su Thrash/Black. La batería que es la misma que comparten con Hellripper suena contundente y los blast beats recorren la sala que la hace de nuevo vibrar. Caen temas como "Bitch" de su álbum "Conjured and command" o "Gravelord" de "An Overdose of Death…" entre otros y a Rob se le escucha más nítido, mientras que a Joel desde mi punto se le escucha bien, tanto en la voz como en el bajo. El moshpit en medio de la sala vuelve a surgir, y es un no parar durante todo el concierto, la banda agradece a los asistentes, y por sorpresa, tras media hora, lanzan una pista sampleada y desaparecen del escenario en medio del humo seco que si llega a llevar alcohol hubiese tenido que pasar la noche en un hotel de Sevilla por el cebollón que hubiese cogido. No dicen ni adiós, y hasta ahí el concierto de Toxic Holocaust.
La cara de los allí presentes era todo un poema. Aquellos que fueron a ver exclusivamente a Toxic Holocaust (alguno había) se quedarían con cara de poker, pero es lo que tienen los horarios, y más cuando son tres bandas.Intenté conseguir el setlist de la banda, pero me dijeron que no llevaban, aunque yo vi un papelito por ahí con los temas, pero creo que (desde mi percepción, todo puede ser producto de mi imaginación) la banda no se fue muy contenta del lugar.
A los cinco minutos aparecen los roadies o “pipas” de Abbath y empiezan a preparar el set de Abbath, está claro que el concierto de Toxic Holocaust ha terminado. Ellos mismos vuelven y se llevan su backline como hicieron Hellripper. Bandas como Abbath llevan sus propios roadies que les preparan el escenario y dejarlo listo para que los músicos solo tengan que entrar a tocar. Si hay algún problema de sonido será el técnico de la banda el que se coma el marrón, no el músico. Sobre las nueve y cuarto, no recuerdo la hora exactamente, aparecen sobre el escenario, y aquello se convirtió por más de una hora en "la niebla". Sí, el humo, el efecto de las luces sobre el escenario, el pelo al viento de Olve Eikemo queda muy bien, pero para tirar fotos, es una auténtica fuc*&%g basura. Total que, entre mi teléfono que tira fotos de mer... y esa nube, las fotos, mínimo en 4k. Tras la gran ovación de entrada y posicionarse sobre el escenario, los noruegos empiezan a full con "Hecate" de su anterior trabajo "Outsrider", sonido impecable, aunque la batería un poco alta para mi gusto, aunque era una pasada escuchar la batería. Qué mala bestia Emil detrás de las baquetas, el apodo de "Creature" se lo tiene bien ganado.
Las guitarras, quizás estaban un pelín bajas. A la hora de los solos era una pena no poder escuchar bien a Ole André, que me parece un guitarrista brutal, tanto en Abbath como en sus otros proyectos. Otra cosa no, pero ganarse el sueldo se lo ganaron, pensé que en Sevilla haría frío, pero me equivoqué, hacía una noche perfecta. Aunque los noruegos trajeron las gélidas brisas del norte a Sevilla, los pobres sudaron de lo lindo. Ataviados el bajista y el guitarrista con largas gabardinas, yo pensaba “pobres” la que tienen que estar pasando, y veía a Abbath que tenía sobre el escenario un "charquerio"de gotas de sudor, que me decía menos mal que es un escenario pequeño, en una de estas que nos hace el "cangrejo", se nos mata aquí como en el famoso vídeo que sale corriendo con su guitarra, y besa el suelo.
Los nórdicos por regla general, quitando a Mikael (Miguelito) de Opeth que se pega sus monólogos, suelen ser bandas que suben, tocan, te sueltan el "thank you good night", y hasta luego Lucas. En el caso de Abbath ni eso, Abbath, el único sonido que emitía cuando paraban entre tema y tema, era parecido al sonido que emite Golum cuando le roban el anillo, para posteriormente pasar a otro tema y reventarnos allí la cabeza con otro crudo trvue black metal. De todas formas el señor Abbath estuvo inmenso con su sentido del humor, haciendo sus clásicas muecas a los allí presentes y pegándose un bolazo que quedará marcado a fuego en las retinas de los allí presentes. El culmen de la noche llegaba cuando sonaron temas de Immortal como "In My Kingdom Cold" "Beyond The North Waves" o "The Rise Of Darkness" y donde ví a algunos entre el público con corpse paints entrar directamente en trance ante semejante despliegue de auténtico Norwegian black metal.
Dicen que este hombre puede ser muy irregular: O te da un bolo de pena porque horas antes se ha bebido hasta el Brummel de tu abuelo, o por el contrario, te da un bolazo que se te caen las tachuelas y las cruces invertidas al suelo. En este caso, creo que me quedo con lo segundo. Cayeron temas de su último disco como "Acid Haze" "Dream Cull" o "Dread Reaver" que da nombre al álbum, y en general tocaron temas de sus tres discos, más los temas de Immortal en un total de catorce canciones que se fue a la hora y poco de la noche. Al final, entre una densa niebla (estuvo todo el concierto) desaparecieron y enfilaron escaleras y plataforma para desaparecer sin decir adiós. Pensábamos que volverían para los típicos bises, pero no, solo volvería el batería y guitarra para recoger parte del set y tirar algunas púas y baquetas.
Set List:
Hecate
Acid Haze
Dream Cull
The Rise Of Darkness
Ashes of The Damned
Dread Reaver
In My Kingdom
Beyond The North Waves
Nebular Ravens Winter
Warriors
The Artifex
One by One
Winterbane
Endless
Acabé reventado como de costumbre, solté todo mi estrés y parecía un niño recién salido de Disneyland, y con ganas de quemar iglesias. (Es broma) Además ellos nunca se han considerado Satánicos. Había podido ver a uno de los iconos del Black metal noruego dándolo todo en Sevilla, algo inimaginable si me lo dicen hace muchos años.
Normalmente, tras los bolos, me espero a que se acerquen los músicos a la zona de "merchan" e intento hablar con ellos, o tirar alguna foto, pero esa noche ya había sido suficiente, y me esperaba la carretera. En este caso no volví a repetir Jonathan Hultén de vuelta, en este caso me puse un pódcast de Jordi Wild (un youtuber con muchos haters) donde entrevista al Estepario Siberiano (un batería youtuber con muchos haters también) donde hablaban del metal, baterías y de Lars Ulrich.
Próxima parada: Asagraum en Granada.